Después de prohibir las concentraciones del movimiento 15-M convocadas para la jornada de reflexión, La Junta Electoral Central ha ido un paso más allá. La institución ha prohibido el consumo y la venta de chorizo por la posible influencia que la deglución de este alimento pueda tener sobre los votantes. Los responsables del organismo temen que ante la visión del embutido los electores se lancen en masa a votar a los múltiples presuntos corruptos que pueblan las candidaturas de los partidos.
La Policía y la Guardia Civil están procediendo ya a requisar todas las existencias de chorizo a lo largo y ancho de España. Hasta el momento sólo se ha producido un movimiento de insurgencia en algunas sidrerías de Asturias donde unos ciudadanos al grito de “No sin mi compango” se han negado a entregar su ingrediente favorito de la fabada.
Algunos periodistas han calificado a estos resistentes de terroristas en concreto Federico Jiménez Losantos ha dicho que los de “No sin mi compango” están detrás de los atentados del 11M. Por su parte César Vidal se muestra partidario de la cadena perpetua para quien no quiera prescindir de su chorizo.
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