La tensión en el Real Madrid se puede cortar con una espada
como las que se usan para partir la tarta en las bodas. La relación del entrenador
del equipo blanco con Iker Casillas empeora por momentos, tanto que después de
sentarle en el banquillo ahora le sustituye por un portero automático.
Mourinho ha explicado que “Adán no me acaba de convencer y a
Casillas no lo puedo ver ni en pintura así que si algún rival osa acercarse a
la portería que me pique al telefonillo, que ya hablaré yo con él”. La Federación Española
Casillas por su parte ha explicado que a él le da igual
sentarse en el banquillo o hacerle dos paradones al Celta, porque “total, en
casa la Carbonero
me hace las crónicas del partido y hasta cuando no salgo me pone por las nubes
y dice que merezco un balón de oro y diamantes”.
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